Caracol Radio
NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Millonarios

Israel se divorció de la afición: ¿cómo afecta eso a Millonarios?

La relación entre la hinchada y Rubén Israel se deterioró luego de la derrota contra Fortaleza. Análisis de las consecuencias para Millonarios del conflicto entre el técnico y la tribuna

Bogotá
La campaña de Israel en el Apertura 2016: 4 triunfos, 2 derrotas y 2 empates.
Colprensa

La relación entre Rubén Israel y la hinchada de Millonarios está en su peor momento. La derrota contra Fortaleza fue el detonante de la crisis entre el entrenador y la tribuna.

"Israeeeelll, Israeeellll hijo de p... Israeeelll...", fue el coro que escuchó en el estadio de Techo cuando terminó la pesadilla frente al colero del campeonato.

Desde la última vez que Luis Augusto García se sentó en el banco azul (año 2010), no se veía una descarga de insultos tan ruidosa y contundente.

"La hinchada tiene razón en estar molesta", manifestó en rueda de prensa el uruguayo, a quien se le cayó la teoría que había expuesto en la entrevista con El Tiempo: "Millonarios tiene millones de hinchas y por 15 o 20 muchachos no vamos a generalizar ni a pensar que así es la hinchada".

La declaración hace referencia al incidente que tuvo con algunos seguidores de occidental en el partido frente al Tolima. Ahí comenzó a deteriorarse la relación.

En ese juego de la fecha siete, el equipo se fue perdedor al entretiempo y en el recorrido del banco hacia el camerino el DT protagonizó un altercado con varios aficionados.

Millos remontó y ganó el partido con un gol de Robayo en el último minuto. En ese momento el técnico se volteó hacia la tribuna para gritar el gol, lo cual fue tomado como una provocación.

"Yo no vi si nos insultó o no. Lo que sí vi es que se dio vuelta y nos gritó el gol", manifestó un hincha consultado por AS.

"No sé qué nos estaba cobrando el señor Israel. Su equipo juega mal. Que nos cobre cuando salga campeón, que respete a la hinchada", comentó otro aficionado.

"Fue un grito de euforia por el gol. Para mí la hinchada es sagrada. Si la hinchada está enojada, es problema de la hinchada. No es un problema mío", manifestó Israel después del partido.  

La explicación no fue bien recibida por la afición y la sensación que quedó a la salida del estadio, en las calles y en las redes sociales es que ese día se había firmado la cuota inicial del conflicto.

El domingo el equipo perdió, volvió a jugar mal y la salida de la cancha para Israel tuvo como banda sonora el famoso coro celestial. Él mismo comprobó que no eran 15 o 20 muchachos, sino la barra brava que estaba ubicada en norte, todo oriental y la mitad de occidental (la otra mitad era de Fortaleza). 

¿EN QUÉ AFECTA ESO AL EQUIPO?

-Cuando una hinchada insulta a su técnico, se pierde el respeto, la confianza y la credibilidad. Hoy, un sector importante de la parcial azul tiene dudas sobre el trabajo, estilo y filosofía de Israel, quien a su vez ha comenzado a encontrar piedras en el camino, enemigos y opositores para desarrollar su proyecto. ¿A quién le gusta que lo insulten por lo que hace?    

-Lo que pasó contra Fortaleza y Tolima confirma que nunca hubo química entre Israel y la hinchada. Y la poca que había, se acabó. Si un club aspira a conseguir cosas grandes debe mantener una comunión entre todos los que hacen parte de él: dueños, directivos, patrocinadores, empleados, cuerpo técnico, jugadores y seguidores. El Millonarios de hoy carece de eso. El ambiente no es sano; está contaminado. 

-El deterioro de la relación entre técnico y afición apareció en uno de los meses más trascendentales del semestre para Millonarios. Este sábado 12 de marzo es la Asamblea Ordinaria y el tema Israel lógicamente estará sobre la mesa. Mientras que el calendario deportivo en Liga muestra que los próximos partidos son los clásicos contra Santa Fe y Nacional, y obviamente los ojos de la hinchada y la prensa estarán sobre el entrenador. Presión al 200 por ciento.

-Seguramente los jugadores saldrán a respaldar a Rubén Israel. Es lógico, es normal y es lo que se acostumbra. Sin embargo, el plantel no está inmune del contagio de inseguridad, incredulidad y desconfianza que habita en la hinchada. "Si viera a Millonarios hoy pienso que es un grupo que se juntó hace tres horas para jugar en un asado", dijo el DT luego de la derrota contra Fortaleza. La pregunta es: ¿el apoyo de sus dirigidos sigue intacto después de esa declaración?