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Millonarios-Nacional

¿Por qué Millos-Nacional es el duelo más disputado del FPC?

Millonarios y Atlético Nacional volverán a enfrentarse, esta vez en una fase definitiva de la Liga Águila. Repasa la historia de este duelo
Alianza Petrolera-Nacional en vivo online

Bogotá
Atlético Nacional y Millonarios revivirán uno de los duelos más importantes del fútbol colombiano en los cuartos de final de la Liga Águila.
Colprensa

Una imagen publicada en El Espectador anticipó el tono que tendrían los próximos partidos entre Millonarios y Nacional. Una veintena de policías carabineros protegía con sus escudos a los once jugadores verdes que un par de semanas más tarde serían campeones de la Copa Libertadores, pero que esa noche del 26 de abril de 1989 enfilaban hacia el camerino sur de El Campín. El estadio bramaba furioso por la eliminación azul después de un arbitraje polémico del chileno Hernán Silva.

Esa foto de archivo contagia tensión. La misma que enciende el ambiente cada vez que ese encuentro se repite en Bogotá. ¿Pero cómo un partido de calendario se transformó en un clásico al que a veces lo supera la violencia? ¿Por qué a veces la pasión se confunde con el descontrol?

Uno de los puntos con el que coincide buena parte de la afición azul es que la radicalización de sentimientos en contra de Nacional tuvo que ver con lo que ocurrió en ese duelo por los cuartos de final. Un arbitraje cuestionado influyó en el empate 1-1 que sacó a Millonarios y encaminó a Nacional para el título.

La revista Millonarios número 32 correspondiente a junio-julio 1989, dedicó nueve páginas y un editorial que cuestiona el arbitraje de Silva.

“Si nuestra memoria no miente, pocas veces el desempeño de un árbitro en canchas colombianas había suscitado tanto comentario como el generado por el chileno Hernán Silva, juez central del partido que por la Copa Libertadores de América que disputaron Millonarios y Nacional en Bogotá”, es el comienzo de la queja.

Párrafos más adelante, acompañados por infografías, detalla los fallos arbitrales. “Higuita tomó el pie izquierdo y derribó a Iguarán en su área, cuando faltaban quince minutos para concluir el partido. Un penalti inmenso en el que maliciosamente el árbitro Silva dejó caer el pito y afectó la señalización”.

Carlos “La Gambeta” Estrada quien marcó el gol de Millonarios en ese encuentro señala que “en ese partido hubo mucho fútbol porque Nacional jugaba buen fútbol. Nosotros teníamos un excelente equipo, lo único que podía marcar la diferencia era lo extra futbolístico, de hecho se dio con lo que hizo ese sinvergüenza chileno que trajeron de árbitro.

Yo tenía una buena relación con algunos jugadores de Nacional porque éramos compañeros en la Selección Colombia pero sí veía a Vanemerak, escuchaba a Pimentel, a Juárez, diciéndose cosas con Leonel Álvarez, con Chicho Pérez, con Alexis García. Era duro dentro del terreno de juego pero no pasaba de eso”.

Luis Fernando “Chonto” Herrera, por entonces lateral de Nacional, coincide con Estrada.

“La rivalidad venía 1987 y se fue creando algo muy grande. Millonarios tenía un gran equipo con buenos jugadores. Siempre que nos enfrentábamos iba a haber rivalidad deportiva por lo que significaban los dos equipos. Millonarios por su historia futbolística y Nacional que venía de cumplir buenas campañas, de ser integrado por solo colombianos. En esos cuartos de Copa se creó algo más grande pero la rivalidad venía de mucho más atrás”

Los hinchas y la prensa

Esa eliminación dejó dolor entre los hinchas de Millonarios. Paulo César Cortés, director de deportes de Noticias Uno y seguidor azul expresa que “ese partido es uno de los que comienza con las muertes violentas en el fútbol. Recuerdo que hubo un muerto en el palacio del colesterol, en la parte norte del estadio. Además, fue el inicio de una polarización por dos estilos de juego de cada uno de los técnicos, García vs. Maturana, dos modelos diferentes. Y con el tiempo se sumaron más elementos, aparecieron las barras como los Comandos Azules y Los del Sur, y eso ayudó a aumentar la tensión”.

Gisselle Aparicio también periodista y seguidora de Millos, manifiesta que la rivalidad superó los temas futbolísticos.

“Sí siento que ese partido marcó un corte entre las dos hinchadas. Con el tiempo se convirtió en una guerra de ciudades y se empezó a hacer una mezcla de que todo lo que se relaciona con fútbol también se relaciona con cuál de las dos ciudades es mejor, en cuál de las dos ciudades se habla mejor”.

Pese a las quejas que publicó Millonarios desde el editorial de su revista oficial en 1989, también hubo un reconocimiento para el rival. Dio una página entera para felicitarlos por su título de Libertadores, el primero del país. “Y La Libertadores quedó en Colombia. Bien por Nacional y sus jugadores colombianos…La lucha fue ardua de principio a fin, al punto que para avanzar a la semifinal, Nacional se vio involucrado en el cuestionado arbitraje que provocó la eliminación de Millonarios del torneo que agrupa a los clubes del sur del continente. Pero hasta los malos arbitrajes pasan y lo que resta ahora para el equipo verde, es defender el fútbol suramericano en Tokio”

Una actitud que contrastaba con el papel de algunos sectores de la prensa que contribuyeron a profundizar una lucha entre regiones, como lo recuerda Santiago Escobar, técnico de La Equidad.

“La gran rivalidad comienza en los partidos de Copa Libertadores. Los medios hicieron mucho daño porque hubo exceso de regionalismo en Medellín, influencia que las tribunas acogieron de acuerdo a los que muchos periodistas en esa época mencionaban en sus programas radiales ‘calentando’ los previos de aquella época. Las competencias deben ser deportivas, el fútbol debe ser sinónimo de paz, alegría y disfrute”.

El libro "Pena Máxima al fútbol colombiano" publicado por el periodista Fernando Araújo Vélez en 1995 por la editorial Planeta, repasa varios de esos excesos desde los micrófonos.

“El éxito de esa prensa parcializada, de aquellos periodistas-hinchas, fue desbordante. Las transmisiones de Luis Fernando Múnera Eastman (‘El paisita de oro’), los comentarios de Jaime Ortiz Alvear y las discusiones de Edgar Perea con quien le llevase la contraria marcaron la época. Cada uno defendía su equipo a muerte. Lo ensalzaba tanto como hundía al rival. De ellos, y por ellos, surgieron odios que jamás menguaron. En Medellín nadie podía aceptar a Carlos Enrique ‘La Gambeta’ Estrada ni a Eduardo Pimentel, ambos, jugadores de Millonarios…. Aún hoy, en cualquier conversación que toque el tema de los locutores se recuerda la manera como el mismo ‘Paisita de oro’ se refería a Pimentel durante las transmisiones: “La lleva el cuatro”. Y en seguida les ordenaba a los fanáticos: “iChiflen! iChiflen! “. Se negaba a nombrarlo por su nombre porque Pimentel había dicho que Francisco Maturana era ‘rosquero’.

En los cuartos de final de la Liga Águila II - 2016, Nacional y Millonarios volverán a revivir uno de los duelos más importantes del fútbol colombiano. Los bogotanos comenzarán en condición de local, mientras que los dirigidos por Reinaldo Rueda cerrarán la llave en el estadio Atanasio Girardot.