Atlético Nacional
Jéfferson Duque, una 'fiera' que no olvidó hacer goles
El delantero, que ha superado tres lesiones de rodilla, reapareció con gol tras llevar siete meses sin jugar. Agradeció el recibimiento de la afición y espera sumar más minutos.
Más que la potencia o la fuerza de sus piernas, sorprende la tenacidad de su espíritu. Así como no da un balón por perdido y sacude en cada choque a su marcador, enfrentó la adversidad. La vida y fútbol le endosaron tres lesiones de rodilla.
Jéfferson Duque puso el pecho, dribló al dolor y respondió con goles. Nada ni nadie puede acabar con un delantero que sabe que la cancha es su hábitat y que su idioma es el gol.
Afrontar en tres oportunidades cirugías por romperse los ligamentos -dos de ellas en la rodilla derecha y una en la izquierda- probó su fortaleza. Estuvo contra las cuerdas, pero no se rindió y pudo conectar su mejor golpe. "Nunca tuve miedo ni se me pasó por la mente no volver al fútbol. Sólo trabajé fuerte y fui perseverante", dijo el artillero.
Lo que se vivió en la cancha del Atanasio Girardot, con el clásico paisa 284 como marco, fue épico. Ni en el mejor de sus sueños 'La Fiera' imaginó que el fútbol le regalaría este momento. Enfundado en un peto amarillo, se dirigió al banco.
Los 38.400 espectadores se percataron de su presencia y no tardaron en saludar al goleador, que les lanzó una sonrisa y levantó su mano para mostrar respeto por los que lo han hecho ídolo.
Al minuto 67 empezó lo mejor. A la cancha ingresó una fuerza desatada. Era la primera vez que la afición veía al delantero de 27 años con el número de Aristizábal y de Ángel en la espalda.
De sus asientos saltaron enloquecidos. "Goleador, goleador, Duque, goleador", fue el canto que ratificó que el vínculo sigue vigente y que sacudió a la plantilla de Nacional.
"Fue impresionante como me recibió la gente. Desde que me lesioné, los hinchas siempre estuvieron ahí. Me acompañaron y estuvieron pendientes de cómo iba mi evolución. Es importante para mí poder entrar al campo y jugar unos minutos. Volví y para pelear", relató con emoción Duque, que llegó a 30 goles con el club verdolaga.
Después de siete meses y 23 días sin jugar, no era fácil moverse con soltura, girar y chocar sin temor. Pero llegó la anotación de Alejandro Guerra y 'La Fiera' se acomodó. Se acordó de los goles que le hizo a Junior en la Superliga-2012, su carta de presentación como verdolaga. Y de sus anotaciones en las finales, que ayudaron al cuadro verde a convertirse en tricampeón de la Liga y en bicampeón de la Copa.
Dieciocho minutos en la cancha, un movimiento claro, Copete inspirado en su faceta de pasador y miles de almas anhelando ese gol. Su mamá y su hija Nicolle en la tribuna estaban listas para soltar ese grito contenido. Y el Duque de Nacional no defraudó. Vio venir el balón. Lo atacó. Dejó sin opción a los extranjeros Herner y a Silva, para firmar el derbi con un 3-1 y decir que ni tres lesiones de rodilla pueden ponerle fin a su idilio con la red.
"Más que volver al gol, me pone contento volver a pisar el Atanasio y contribuir con una anotación que es importante para toda la hinchada (…) estoy feliz por tener la posibilidad de marcar un lindo gol. Voy paso a paso y cogiendo minutos para ir aumentando el nivel", expresó el goleador, quien duró 239 días sin jugar y que le dedicó a su familia -presente en el estadio- su anotación en el clásico.
En medio de la euforia que le produjo actuar 25 minutos en la Liga, Duque tuvo tiempo para recordar que el 19 de julio 2014 sufrió la tercera lesión de rodilla precisamente en un duelo con el DIM. El fútbol todo lo equilibró.
"Es muy importante recordar eso. La vez pasada salí con tristeza y llorando de un clásico. Y ahora me voy con una alegría inmensa. Gracias a Dios he tenido la oportunidad de marcarle tres veces a Medellín y eso es importante para mí", remató 'La Fiera', al que no se le olvidó hacer goles.