Al Madrid se le escapó LaLiga hace bastantes semanas, podríamos incluso decir que meses. Le faltó Cristiano cuatro partidos y cuando regresó estuvo extrañamente negado ante el gol.
Una de las más viejas y manidas frases del fútbol es que quien perdona lo paga. Tuvimos una gran muestra de ello en el Sevilla-Barça, en el que el líder estuvo a punto de perder el invicto.
En el Barça-Girona se produjo una situación que rozó lo chusco. Luis Suárez, al que árbitros y liniers le han permitido llegar hasta aquí con sólo cuatro amarillas, se trabajó con afán la quinta.
El Atlético respondió al 6-1 del Barça sobre el Girona con un 2-5 en Sevilla que significa que no piensa ceder. Una sensación de poderío tremenda.
El otro día pasó algo extraordinario en el Leganés-Madrid: Zidane sacó a Ceballos cuando quedaba menos de un minuto, menos incluso de medio minuto.
El Barça lleva 23 partidos sin perder y aun así lo tiene a siete puntos. Lo peor que dejó el partido para el Barça fueron los multimillonarios fichajes.