Cuidado de la piel: consejos y todo lo que debes para protegerla
Sigue estos tips para que mantengas la salud del órgano más grande y versátil del cuerpo y para protegerlo de agentes externos y contaminación
La piel es la más versátil y grande de todos nuestros órganos, además, es la que está expuesto directamente al exterior. Su función es protegernos de agentes externos, de los cambios de temperatura y de las bacterias, pues es impermeable, no permite que nada entre al interior, se repara y se lubrica. Es tan importante que, si notamos algún cambio en la coloración o algún elemento extraño, nos avisa de enfermedades internas que quizá desconocíamos.
Asimismo, este órgano contribuye a la producción de vitamina D, pues el cuerpo la sintetiza gracias a la exposición al sol, entre muchos otros beneficios más. Para que sepas cómo cuidar la piel correctamente y la mantengas sana, en Showroom te damos algunos consejos para protegerla.
LIMPIEZA DIARIA
Al estar la piel expuesta, diariamente, a agentes externos, como suciedad, polución, bacterias, restos de sebo, así como maquillaje, resulta primordial lavar la piel de la cara dos veces al día, por la mañana y por la noche. Para ello, utiliza productos para tu tipo de piel, ya sea seca, normal, mixta o grasa, como limpiadores espumosos o en gel, cuyas fórmulas limpian, eliminan la suciedad y mantienen la barrera protectora de la piel.
Para el cuerpo, basta con hacerla una vez al día, ya que esta, no está tan expuesta como la piel del rostro. Es recomendable usar productos de limpieza corporal suaves, hipoalergénicos (sobre todo por si tu piel es sensible) y con un pH que no modifique tu piel sana. Es recomendable exfoliar la piel unas tres veces por semana. Coloca tu crema exfoliante favorita en todo tu cuerpo con masajes circulares y luego enjuaga durante el baño.
HIDRATA TU PIEL
Además de la limpieza es imprescindible que hidrates tu piel todos los días para que se conserve saludable y pueda realizar sus funciones. Si aplicas esto a tu rutina de cuidado diario, evitas la aparición de manchas y el envejecimiento prematuro.
No todas las áreas de la piel tienen las mismas características, como mencionamos, la piel de la cara debe limpiarse dos veces al día y la del cuerpo basta con una vez. Asimismo, los productos que uses deben ser aptos para la zona a aplicar, porque hay partes más secas o más grasosas que otras. Debes tomar en cuenta, también, la edad, para optar por cremas que te beneficien de acuerdo a tus necesidades.
Utiliza sérums faciales, cuya ventaja es que llevan el doble de concentración de activos que las cremas, por lo que al elegirlos logras mejores resultados. Estos van antes de las cremas de día o de noche, porque tienen menos peso que estas, son más líquidos y se absorben en menor tiempo. Si usas antes la crema se corre el riesgo de que el poro quede tapado y no disfrutes de sus beneficios. Hay una gran variedad de sueros para la cara, sérum con ácido hialurónico, ideal para dar firmeza y eliminar las líneas de expresión, sérum con vitamina C o E o con otros minerales y concentrados perfectos para la cara.
Añade una crema de día, que puede ser general de cuerpo y cara, o elige una antienvejecimiento, con vitaminas y otros minerales que te hagan lucir una piel más joven y tersa, y que, además, incorpore un factor de protección solar (FPS).
Incorpora una crema de noche a tu rutina, pues ayudan a aumentar la hidratación de la piel, que se pierde más que por el día, ya que es cuando la piel trabaja más intensamente. Su función, entre otras cosas, es nutrir y reparar los daños que se acumulan durante el día, por la contaminación, rayos del sol, etc. De nuevo, la elección dependerá de tus necesidades y de la adecuación a tu piel.
Hidrata la piel de tu cuerpo con cremas específicas para piel seca, grasa o mixta. Usa una general para todo el cuerpo, y añade otras si así lo requieres, antiestrías, anticelulitis, etc.
CUIDA TU PIEL DEL SOL
Por último, pero no menos importante, es utilizar protector solar, porque la piel, en especial la del rostro, está expuesta al sol y a los rayos UV. Su uso evita problemas a corto plazo, como quemaduras, y también a largo plazo, como la aparición de manchas y enfermedades como el cáncer. Los expertos aconsejan utilizar un FPS de, al menos, 30. Así, cuanto más elevado es mayor es el nivel de protección.
Para elegir uno, primero debemos tomar en cuenta nuestro tipo de piel: para piel grasa mejor un protector solar en gel, spray o mousse, al ser más ligeros. Para la piel sensible, prueba uno específico para ese tipo de piel o prueba una crema con FPS. Para piel seca, usa ungüentos y cremas humectantes. Y, para la piel mixta, prefiere los protectores en crema o gel.
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