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AMÉRICA DE CALI

Armero: "Pensaron que venía como héroe a salvar al América"

El lateral se despidió de los americanos a través de AS, e hizo su balance. "Pensaron que venía a centrar y a hacer el gol, y eso me queda difícil", sostuvo.

CaliActualizado a
Pablo Armero, exjugador de América de Cali
COLPRENSA

Pablo Armero (2 de noviembre de 1986) retornó al América con el grato recuerdo que dejó luego del último título de Liga que celebraron los Rojos (Finalización de 2008), y con el brillo que le concedió su participación con la Selección Colombia en la Copa Mundo de 2014. Desde su presentación, volvió a irradiar alegría. No obstante, con el paso de los meses y de los partidos, arreciaron las críticas.

Esa admirable simbiosis, mutó a la cólera de varios aficionados. “Sentía odio, rabia. Muchos iban al estadio a desahogarse de sus problemas personales y no a disfrutar de los partidos”, sostuvo el tumaqueño, quien encabeza la lista de los primeros seis jugadores que no continuarán en la institución.

Armero: "Pensaron que venía como héroe a salvar al América"
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Armero
  • defensa
  • Colombia

¿Por qué América decidió no renovarle contrato para 2019?

“Cuando las cosas no salen de la mejor forma, unos terminan más perjudicados que otros. En mi caso, se acabó el contrato y ni los directivos ni yo nos pusimos de acuerdo para la renovación; no hubo intención de ellos. Las cosas no se dieron de la mejor manera y eso afectó al club y también en lo individual”.

¿Tenía la intención de continuar?

“La verdad, tuve un año muy difícil, llegué como referente, por mi experiencia y el equipo no engranó. Si hubiésemos clasificado a las finales, las cosas serían diferentes. Hay que rescatar lo positivo de lo que se hizo en el año y seguir para adelante”.

¿Si el técnico Fernando Castro hubiera dado el visto bueno para su continuidad, se hubiese logrado un acuerdo?

“Me sentí muy bien con el ‘profe’ Castro. Todo mundo hablaba que era una persona agresiva, exigente y grosero, pero nunca vi eso, por el contrario, vi una persona trabajadora, alegre y que le cae muy bien al grupo. Estoy agradecido con él. De pronto tuvo alguna duda para mi continuidad, porque no fue un año fácil. Yo respeto las opiniones de cada uno y nunca respondo a las críticas. Siempre hice todo lo posible porque el América saliera adelante, desde mi posición”.

A comienzos del año, hubo mucha ilusión tras la conformación del grupo… ¿Qué pasó?

“Siempre tuvimos buenos jugadores; se intentaron hacer las cosas bien, pero el equipo no engranó y eso afectó mucho. También hubo cosas fuera del terreno de juego que afectaron al equipo. Esperemos que los que continúen, ayuden para cambiar la situación y lograr que el América vuelva a ser protagonista. Hay que tener paciencia, esto no es de un solo mes, es de trabajo”.

¿A qué se refiere cuando dice que hubo cosas fuera del terreno de juego que afectaron?

“A todo, a la exigencia de la hinchada, metiéndoles miedo, terror a los jugadores; además, algunos medios incitaron a que la gente cogiera rabia hacia nosotros. Y en la parte dirigencial también hubo fallas bastante grandes y todo eso afecta. Hubo cosas buenas, regulares y malas. En lo personal, pensaron que venía como héroe, pero no soy héroe, soy un guerrero, un obrero. La gente tiene que pensar que somos seres humanos”.

¿Y cómo asumió el que la gente lo viera como héroe?

“Cuando yo llego al América nuevamente, quizás la gente se olvidó que mi posición es la de lateral izquierdo, con proyección, con centros, que brinda apoyos, marca; soy un obrero, un guerrero. Pensaron que yo venía como héroe a salvar al América, que venía a centrar y a hacer el gol, y eso me queda muy difícil. A los únicos que he visto que resuelven partidos solos son, Messi, Ronaldinho, Ronaldo, Maradona, Pelé, Neymar, Mbappe, Cristiano. El fútbol es de obreros y en lo colectivo, no se engranó”.

¿Qué tanto lo afectaban los insultos desde las tribunas?

“Hay personas que somos más fuerte que otras en lo mental. Los hinchas deben exigir, pero hay formas de hacerlo. Al jugador hay que apoyarlo y darle confianza, pero yo sentía odio, rabia. Muchos iban al estadio a desahogarse de sus problemas personales y no a disfrutar de los partidos. No se puede pensar que los jugadores son unas máquinas. Eso afecta, aunque unos son más fuertes que otros. En lo personal, en el segundo semestre mejoré bastante, pero también hubo cosas por mejorar, no quiere decir con ello que hay que crucificar a las personas”.

¿Por qué terminó tan mal el proceso con ‘el Polilla’ Da Silva?

“Yo no puedo hablar de uno solo, hay que hacer un balance de todo el año, que no fue bueno para el América. No podemos hablar de un solo técnico, porque pasaron varios y ninguno funcionó, entonces, esto es de todos… directivos, hinchada, jugadores, que somos los más responsables”.

¿Qué viene ahora en lo personal?

“Tratar de estar tranquilo, disfrutar de mi familia y a Cali de verdad, sin presión, que nadie critique si me ven en un restaurante, en un bar o en el cine… Y después, Dios quiera que pueda escoger la mejor opción; hay dos posibilidades del fútbol colombiano y en el exterior”.

¿Le deja algún mensaje a la gente del América?

“A los hinchas, directivos, compañeros y miembros del cuerpo técnico, les agradezco por darme la oportunidad de haber estado nuevamente en el América. Le deseo lo mejor a la institución. Dios quiera que a los compañeros les vaya lo mejor posible para que no se repita lo que vivimos este año. Todos tenemos que reflexionar por el bien del equipo”.