Bitácora de viaje (II): París y  Londres como escala a Rusia
Bitácora de viaje (II): París y  Londres como escala a Rusia

Selección Colombia

Bitácora de viaje (II): París y  Londres como escala a Rusia

Después de más de cinco años de cubrir a la Selección Colombia, me animo a contar lo que hay de este lado de la historia. Lo que vive una periodista que va por el mundo tras el equipo de José. Un experimento.

Intro

Hago parte de una generación de periodistas formada bajo la premisa de que el protagonista es el que nos cuenta sus historias, el que está del otro lado del micrófono. Tal vez por esa razón tardé tanto en escribir sobre mis experiencias. Este es un experimento. Después de más de cinco años de acompañar a la Selección Colombia, quiero contarles sobre este lado del fútbol.

Siguiendo al equipo de José he conocido lugares como Buenos Aires, La Paz, San Juan, Manaos, Fortaleza, Río de Janeiro, Quito, Santiago, Viña del Mar y Temuco en Sudamérica, así como Los Ángeles, Chicago, Nueva York, Houston, Miami o Phoenix en Estados Unidos. Después de pasar por Murcia, Getafe y Madrid volví a Europa. París y Londres son los destinos antes de la Copa Mundo de Rusia.

Viajo para sumar más horas de vuelo en este oficio, para ganar kilómetros, para aprender más del juego…

Bienvenidos.

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Tuve que continuar el blog en esta nueva URL porque el formato no me permitió más actualizaciones. Si quiere repasar los posteos desde el Día 1 (18/03): 100 metros planos en Newark y nieve en París hasta el Día 7 (24/03): Día libre(!) en París y una playlist très bonne. Haga clic AQUÍ.

Día 8 (25/03): God Save the Queen, el Tube y a la Selección

Primer día de mi primera vez en Londres. Advierto que hace más de 30 horas no duermo, así que mi gran sentido de humor y -en general- el resto de sentidos están aturdidos. Después de casi 60 minutos de vuelo desde París aterricé a la misma hora (7:00 a.m.) en Gatwick, uno de los cinco aeropuertos de la ciudad. Dos enormes obras en honor a la Reina Isabel II (que no pude detallar porque la masa viajera del aeropuerto me recriminó la pausa) me confirmaron que había tomado el avión correcto y no el de la misma aerolínea que iba a Canarias. Era un zombie cuando embarqué.

Lección de las primeras horas en Londres: nadie-se-vara-por-transporte. El Tube, el Overground, el Tfl Rail, el DLR, el National Rail y el Tram (sumado a un monumental sistema de buses) hacen que haya vida después del carro, que sea posible llegar a cualquier lugar y que usted no deje los ahorros de toda la vida en un par de carreras de taxi. Y eso que barato, barato, no es. Del aeropuerto al hotel fueron 14 libras (14x 4.000… deje así), pero en taxi -el mismo trayecto- no cuesta menos de 70. En general, aquí todo es muy costoso, incluso más que en París.

El Tube (tren subterráneo) hace parte de la historia de Londres desde hace más de 150 años. Fue fundado en 1963. Según datos oficiales, anualmente moviliza 1,37 billones de pasajeros y recorre 83,6 millones de kilómetros dentro de una red de 402 km. La estación más transitada es Waterloo con 100,3 millones de usuarios cada año y el recorrido más largo que se puede hacer sin paradas es de 54.9 km desde Epping hasta West Ruislip (Línea Central). Facts. (Recomiendo no hacer videos en el Tube si tiene afán. Ver AQUÍ).

La ciudad es impactante desde la arquitectura y la luz del invierno complementa su atmósfera única. Cada calle impacta por los colores, las formas, los detalles. La historia. Hasta acá llegó (y me trajo) la Selección, a la que le se viene otra prueba dura, de esas que no admiten tropiezos. Mañana Pékerman hablará con los medios de comunicación sobre el partido frente a Australia y el equipo hará reconocimiento de campo en el estadio Craven Cottage (una joyita en la ribera del Támesis), en Fulham... Un barrio con una gran riqueza cultural. Incluso los sentidos maguyados perciben y valoran el color de la diversidad.

Night!

Día 9 (26/03): Manakish en North End Rd y hello, Stamford Bridge

Londres combina la uniformidad de hileras de casas gemelas con el caos de la diversidad y Fulham lo condensa todo. Mi hotel (un glamuroso Holiday Inn con desayuno gratis) está en medio de ese mix. Por estos días vivo en el 295 de North End Road una calle que diariamente se convierte en mercado de frutas y verduras; que cuenta con carnicerías, librerías, galerías, bares, pubs restaurantes de comida china, india, vegetariana, koreana, italiana…

Con uno de esos lugares fue amor a primera vista. Ayer pasé de camino al hotel de la Selección. Desde la ventana vi una vitrina llena de postres y gente sonriente en las mesas. Respiré profundo porque el afán le ganaba al antojo, pero hoy fui a buscarlo. Se llama Jaffa Bake House. Resultó ser un café argelino cuya especialidad son los manakish, una especie de pan plano (muy parecido a la pizza) acompañado de ingredientes dulces o salados. Pedí uno de quesos, otro de yogurt y entendí la felicidad de los clientes. Una maravilla.

Antes del entrenamiento de Colombia en Craven Cottage tenía otra cita: conocer Stamford Bridge. Resultó otro gran descubrimiento. Me gustan los estadios-estadios, no los estadios-centro comercial y la casa de Chelsea tiene esa mística del fútbol de antes. Tribunas muy pegadas al campo, camerinos modestos, 42.000 sillas. Por supuesto también es negocio. Tienen un tour muy bien montado (cómo no, si cobran 20 libras por cabeza(!)), boletas vip de más 600 libras y la decisión de reemplazarlo.

Después de 2 años de deliberaciones, los socios, hinchas y demás involucrados le dieron el visto bueno al proyecto del nuevo estadio. Decidieron, eso sí, que debía quedar ubicado en el mismo terreno, por lo que no podrá ser de más de 60.000 espectadores. La construcción iniciará en aproximadamente 3 años y Chelsea tendrá que mudarse -probablemente a Wembley- por un buen tiempo. Stamford Bridge, que primero fue estadio de atletismo, fue construido en 1877. Otra maravilla.

Me despido con una foto (súper casual).

Bye, bye!

Día 10 (27/03): La amistad, Cambiasso y se cierra el telón

¿Por qué me gusta el fútbol? Porque más allá del juego es un escenario que refleja la vida. Lo bueno y lo malo. Lo que somos… Hoy el fútbol me dio una de esas alegrías que son difíciles de explicar. Durante el calentamiento en Craven Cottage, antes del partido frente a Australia, vi a Esteban Cambiasso mirando desde la línea. Comprobé que hay lazos indestructibles al paso del tiempo. El respeto y la amistad no terminan.

Cambiasso fue jugador del equipo Sub 20 de Pékerman campeón del mundo en Malasia en 1997 (marcó el primer gol en la final frente a Uruguay) y por supuesto (9 años después), una de sus fichas clave en la Copa Mundo de Alemania. En el primer partido del Mundial 2006, Argentina derrotó a Costa de Marfil 2-1, pero José decidió que iría al banco y en su lugar, Lucho González. A los 17 minutos un desgarro dejó out a González y entró el ´Cuchu’ para marcar el segundo gol (después de 25 toques) ante Serbia y Montenegro.

Cambiasso es amigo de la casa y estuvo en Londres viendo el partido frente a Australia que dejó buenas conclusiones tras la gira europea de la Selección. Lo vi y recordé que alguna vez contó que -cuando iba al banco- siempre tuvo los cordones amarrados para estar listo cuando el técnico lo necesitara. Un crack dentro y fuera de la cancha. En septiembre de 2017 terminó su carrera como jugador y se graduó como técnico profesional del curso de la UEFA.

Meses antes, le concedió una entrevista a Cristian Grosso de La Nación y dijo sobre Pékerman: " Es un maestro. Y no sólo del juego. Con él tuve la oportunidad de aprender a ser jugador de selección. Los valores dentro y fuera de la cancha, el respeto por el compañero, por el cuerpo técnico, por los empleados, los hinchas, el periodismo. No es necesario dar notas todos los días para respetar al periodismo, sino ser sincero y aclarar cuando uno está dispuesto y cuando no”.

Gracias a la Selección y a la vida… Termina un viaje en el que renové convicciones y aprendí más de lo que esperaba. Hay que levantar la cabeza, ver y escuchar. Siempre quedan historias por contar.

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