Pep Guardiola salvó in extremis los tres puntos en el Etihad Stadium, pero el técnico del City acabó tan nervioso que estuvo a punto de agredir a un jugador del Southampton.
Una vez concluido el partido, cuando los jugadores se dirigían al túnel del vestuario, el técnico catalán se dirigió al centrocampista rival Nathan Redmond, al que llegó a gritar e incluso a empujar. Al parecer, Guardiola le recriminaba que su equipo se había dedicado a perder tiempo durante buena parte del partido para mantener el empate, resultado que finalmente no se produjo tras el golazo de Sterling.