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Falcao y lo imposible

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Durante muchos días fue difícil creer, el presente demolía indolente cada uno de los recuerdos de los buenos tiempos. Falcao trabajaba por regresar mientras las estadísticas eran puñaladas a la esperanza y la razón de los que tenemos el trabajo de analizar el fútbol condenaba la ilusión. Proyectamos todas nuestras inseguridades en El Tigre. Le deseamos -a la distancia- desistir con el orgullo intacto como lo haríamos nosotros. Huir de la posibilidad de reencontrarse con la frialdad de hombres como Louis van Gaal quien llegó a sentenciarlo a jugar en el United Sub 21.

Continuar peleando era exponer el capital futbolístico que acumuló en River, Porto, Atlético de Madrid y la Selección Colombia. Manchar la imagen imborrable de uno de los mejores ‘9’ del mundo en esos años maravillosos. Tiempos de 36 goles por temporada y actuaciones sublimes en noches como las de los tres goles al Bilbao por la Europa League y el triplete con el que le arrebató al Chelsea la Supercopa. Aferrado a su familia y a su Dios, ese que ha venerado públicamente desde que vivía en la pensión de River, demostró que la convicción es la mayor fortuna de los seres humanos.

Creer… se dice rápido, pero cómo cuesta. Tres años y cuatro meses después de esa maldita lesión que le costó lágrimas y el histórico Mundial de Brasil, Falcao levantó el trofeo de la Liga de Francia. Volvió a llorar de emoción acompañado por la ovación de los hinchas del Mónaco que llevaban 17 años sin festejar. 43 partidos y 30 goles (21 en liga, 7 en Champions y 2 en Copas) son los datos de una campaña en la que El Tigre no solo recuperó su fútbol sino que reafirmó su condición de líder en un vestuario joven que logró batir la hegemonía del poderoso PSG y su billetera.

En medio del ruido que acompaña el triunfo, Falcao recordó a los que sufrieron y lucharon a su lado cuando era difícil mantener la fe (sabe bien que hubo quienes abandonaron). Vistió la bandera de Colombia en lo más alto y animó a la afición del Mónaco con esa sonrisa y maneras impecables que siempre lo han hecho diferente. Llegó al título 12 en su carrera como protagonista y derrotando al escepticismo. En la cancha estuvieron Dominique, Desirée y Lorelei… la razón fundamental para no rendirse. Las tres llevaban en su pecho el pasaje bíblico “No temas, solo cree”. Falcao cumplió su palabra.

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