Suárez: “Mi papá murió oyendo un partido del América”

Alberto Suárez asegura que en lo que ha vivido y lo que le queda por vivir, no sintió ni volverá a tener una sensación semejante a la que experimentará este martes (7:00 p.m.) cuando el América salte a la cancha del Pascual Guerrero y se sienta un estrépito en las tribunas del escenario del barrio San Fernando.

Suárez lo vive, más que como director técnico, como hincha. El hincha que siendo niño, con su padre en el centro y su hermano en el otro costado, emprendían la caminata desde el barrio Ciudad Modelo, hasta el estadio Pascual Guerrero, vestidos de rojo –algo más de 2 horas de ida y venida-.

“Si nos íbamos en bus, nos quedábamos sin plata para comprar la boleta y entrar al estadio; nos íbamos temprano y llevábamos fiambre, en hoja de plátano. Mi viejo me metió el fútbol a las venas, y mi hermano es recalcitrante americano. En mi familia, todos somos americanos”, reveló el entrenador del América en dialogo con AS Colombia.

Por eso Suárez ha asumido la causa por el ascenso del América como un homenaje póstumo a su padre, don Heberto Suárez, siempre seguidor de la otrora ‘mechita’. “Él fue el que me hizo entender que el fútbol no era solo ganar, que América era la pasión de la gente humilde, de los ‘negritos’, que representaban las clases populares. Por eso aprendimos a querer al equipo, porque ese América de inicios de los 70, era un grupo de muchachos que no podía con sus rivales aunque lo entregaran todo, y esa relación social fue la que indujo a muchos pobres a convertirse en hinchas del rojo”, rememoró el técnico de 54 años de edad.

Suárez, desde la concentración del América en el corregimiento de Santa Elena (municipio de El Cerrito), comenta que los jugadores están tensionados, pero que “mañana, apenas griten “¡América!”, los nervios se van a convertir en fuerza, porque hemos hecho un trabajo serio, espectacular”, asegura, al tiempo que hace público un diálogo que sostuvo con el capitán del equipo y con la señora esposa del ‘Tecla’ Farías, durante la actividad con las familias que celebraron este domingo.

“Néider me dijo, ‘mátese por nosotros que nosotros nos vamos a matar por usted en la cancha’, ‘nos vamos a morir por conseguirlo’. Y la señora esposa de Farías, me comentó: ‘llevo tres o cuatros días sin dormir, por el estrés, esperando que esto pase y que América logre el ascenso’”.

Por ese sentimiento genuino que mantiene José Alberto Suárez Giraldo, fue que el pasado 8 de junio del año anterior, cuando, dirigiendo al Jaguares, logró el campeonato Apertura del Ascenso, tras superar al América 5-2 en el global, “no permití que los jugadores celebraran en el Pascual. Sentí la alegría del profesional contrastando con la tristeza del hincha”, comentó.

Cerca de tres meses antes, su padre había muerto. Don Heberto falleció con la pena de no haber podido ver el anhelado momento del ascenso del equipo que siempre alteró sus emociones.

“Quiero que mi padre, donde quiera que esté, disfrute las gestas de su hijo y de su nieto. Mi padre murió el 12 de marzo de 2014, con un radio en la oreja, escuchando un partido del América contra el Pereira, y le voy a cumplir a él, así como a 5 o 6 millones de hinchas. El ascenso del América es un compromiso muy grande con la memoria de mi viejo”, cerró el DT de los ‘escarlatas’.

Para el compromiso de este martes (7:00 p.m.) en el Pascual Guerrero, frente al Popayán, Ramón Córdoba, por un golpe en una de sus rodillas, es la única duda en el 11 del América. Dairin González sería su reemplazante.

América formaría con:

John Meneses; Laineker Zafra, Ramón Córdoba (Dairin Gozález), Rodrigo Canosa, Sebastián Viáfara; Cristian Restrepo, Aníbal Hernández, Yesus Cabrera, Néider Morantes, Ayron del Valle y Ernesto Farías.