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Copa Libertadores

Colombia sí sintió la mano dura de la Conmebol en 1991

AS Colombia encontró que en 1990 unos rumores de amenazas en un partido de Libertadores, le costaron al país el exilio y la repetición de un partido. Un contraste con la sanción que recibió Boca por las agresiones a River en La Bombonera.

BogotáActualizado a
América en Miami. Foto tomada de la revista Deporte Gráfico, edición 12 de abril 1991. Crédito imagen: Alberto J. Hurtado F.
Deporte Gráfico - Alberto J. Hurtado F.

Lo que se esperaba como un castigo ejemplar para Boca Juniors terminó con la expulsión de la Copa Libertadores de este año, una multa de USD 200.000 y jugar sus próximos cuatro partidos de torneos sudamericanos a puerta cerrada. Los medios de comunicación argentinos, coincidieron en que el equipo xeneize recibió una pena leve. “Pegó en el palo”, se diría en términos futbolísticos.

Se especulaba con una sanción que tras los incidentes, abarcara la suspensión del equipo argentino del torneo por varios años y la clausura de La Bombonera. Sin embargo, la mano dura nunca llegó. El rigor hubo que buscarlo en el archivo para encontrar que la severidad desde los escritorios se aplicó para otras ligas como la colombiana.

Ocurrió el 29 de agosto de 1990. Atlético Nacional y Vasco da Gama definían en Medellín su paso a las semifinales. En su condición de campeón, el conjunto verde mantuvo la base del título de 1989 con René Higuita, Luis Carlos Perea, Leonel Alvarez, e incorporó a un delantero picante, Níver Arboleda. Con esa formación empató 0-0 en el Maracaná y ganó la serie con un 2-0 en el Atanasio Girardot.

En Vasco Da Gama justificaron su derrota por amenazas al árbitro uruguayo Juan Cardelino y por intimidaciones con armas a su plantel de jugadores en Medellín. Cardelino que murió en 2007, nunca confirmó las amenazas pero instaló las sospechas en el ambiente.

Desde el equipo de Río de Janeiro sí fueron más temerarios para declarar. Su técnico de entonces, Mario Zagallo, apuntó que estuvieron acompañados por soldados armados con metralletas durante su entrenamiento del día previo al cotejo y en su vestuario en la noche del partido. “Ellos dijeron que era por protección, pero para mí fue intimidación. En todas partes del mundo se tiene protección pero yo jamás vi algo como eso”, señaló.

Su vicepresidente Eurico Miranda, fue más allá. Según un cable de la agencia AP, el directivo “denunció que seis hombres armados con pistolas y metralletas amenazaron a los árbitros uruguayos poco antes de comenzar el partido y los presionaron para que favorecieran al Nacional”. Zagallo también insinuó que los jugadores de Nacional jugaron dopados.

Mano dura

Las acusaciones hicieron eco en la Conmebol que fue implacable con el fútbol colombiano. Esta fue la sanción:

1. Declarar la nulidad del partido jugado el 29 de agosto último en Medellín entre los clubes Atlético Nacional y Vasco da Gama y ordenar la realización de un nuevo juego entre los mismos clubes el 12 de septiembre en curso, en un país neutral que señalará esta Confederación.

2. Consecuentemente, ratificar la resolución del 3 de septiembre último, por la que se prohíbe la realización de partidos patrocinados por la Confederación Suramericana de Fútbol en la República de Colombia hasta una nueva disposición.

La decisión conmovió al país e incluso trascendió el entorno deportivo. El partido se repitió en Santiago de Chile y Colombia unió fuerzas para respaldar a Nacional. El tema se discutió en editoriales de los principales periódicos como El Tiempo. Enrique Santos Calderón se quejó así desde su columna de opinión:

“Hoy hay que ganar. Por una consideración elemental de dignidad. Para reparar una afrenta al orgullo de una nación y a la sensibilidad de un pueblo. Porque en su arbitraria decisión, al sancionar a Colombia como plaza internacional, la Confederación Suramericana de Fútbol ha pretendido estigmatizar a todo un país”.

Los antioqueños salvaron la dignidad con victoria 1-0. Níver Arboleda marcó de cabeza el gol del triunfo. La prensa brasileña así lo reconoció. Jornal do Brasil escribió: “Vasco consiguió ser eliminado dos veces de la misma competencia, por el mismo adversario, debido a sus propios errores y, para ser justos, a los méritos de Nacional”. Folha de Sao Paulo, publicó: “Al margen de su eliminación de la Copa Libertadores, Vasco tuvo que tolerar las burlas y mofas de los jugadores de Nacional”.

El exilio

Más tarde, el campeón cayó con Olimpia en las semifinales. Sin embargo, el año siguiente el fútbol colombiano sintió el rigor del castigo de la Conmebol. Nacional y América de Cali jugaron la Copa de 1991 exiliados. Estados Unidos y Venezuela fueron las sedes elegidas para disputar sus partidos.

El estadio Orange Bowl de Miami recibió el clásico entre rojos y verdes y los duelos del América contra los venezolanos Táchira y Marítimo. La revista colombiana Deporte Gráfico reportó en su edición de abril 1991 que “América y Nacional se destacan en la Copa Libertadores, un evento en el cual brilla Colombia, es favorito y aclamado en todas partes, pero deambula como judío errante en busca de casa”

Los dos equipos se eliminaron en cuartos de final. Pasó Nacional que en semifinales esperó de nuevo por Olimpia. Jugó en Venezuela y de nuevo lo eliminaron los paraguayos.

En junio de ese año, la Conmebol anunció que a partir de diciembre, el castigo quedaría sin efecto. La agencia AP dio a conocer la noticia que confirmaba que “una resolución firmada por Nicolás Leoz, presidente del organismo continental, señaló que la suspensión de partidos oficiales en Colombia, contenida en la resolución del 3 de septiembre de 1990, cesará sus efectos el 30 de noviembre de 1991”.