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Millonarios vs. Nacional

Sachi: “En Millos pasé uno de mis mejores años como jugador”

Santigo Escobar vistió las camisetas con más historia del fútbol colombiano: Nacional (1981, 1982, 1983 y 1985) y Millonarios (1991), equipo con el que marcó ocho goles.

BogotáActualizado a
Sachi: “En Millos pasé uno de mis mejores años como jugador”

Como “todo un caballero”, así se puede considerar al ‘Sachi’, exjugador y ahora técnico de La Equidad, que con sus 51 años puede dar fe de qué es sentir un clásico llevando al límite el compromiso de haber representado en cada estadio las camisetas de Millonarios y Nacional.

Por lo anterior, AS Colombia lo buscó, charló con él y contó la experiencia que también han vivido 67 jugadores en el balompié nacional, pero en la que pocos han sido figuras como él.

Recuerdos con Millonarios: “Tengo grandes recuerdos como futbolista portando las camisetas de dos de los equipos más importantes de Colombia. En 1991 jugué con Millonarios, uno de mis mejores años como jugador, convertí 8 goles en esa temporada como volante mixto que le gustaba llegar al área contraria, nuestro técnico era Eduardo Retat. Tuve excelentes compañeros: Óscar Córdoba, Arnoldo Iguarán, Mario Vanemerak, Hugo Galeano, Cerveleon Cuesta, entre otros hicimos una gran temporada”.

Memorias con Nacional: “Debuté con el equipo con 17 años, no era titular, salimos campeones en el año 81 con el profesor Zubeldia. Fue una gran experiencia haber sido dirigido por el técnico que cambió la historia de fútbol de nuestro país, por su profesionalismo y por incorporar la doble jornada en el FPC. En esos años compartí camerino con jugadores como lo fueron Cesar Cueto, Guillermo la Rosa, Eduardo Vilarete, Víctor Luna, gratos recuerdos en mis inicios. Al año siguiente (1982) debuté oficialmente como jugador, posteriormente en el 83, 85 y, finalmente, en el 86 culmina mi ciclo como jugador en Nacional”.

Las anécdotas en el fútbol crean sus historias y el clásico entre Millonarios-Nacional no ha sido ajeno a la gran rivalidad que han sostenido estos equipos a través del tiempo. ‘Sachi’ se refirió a la prensa como incitadora, regionalista y tendiente a ‘calentar’ la hostilidad en la cronología de azules y verdes.

Rivalidades que se miden desde los micrófonos: “Las gran rivalidad comienza en los partidos de Copa Libertadores. Los medios hicieron mucho daño porque hubo exceso de regionalismo en Medellín, influencia que las tribunas acogieron de acuerdo a los que muchos periodistas en esa época mencionaban en sus programas radiales ‘calentando’ los previos de aquella época. Las competencias deben ser deportivas, el fútbol debe ser sinónimo de paz, alegría y disfrute”.

En sus días como jugador, Santiago Escobar se gozó su paso por Atlético Nacional al enfrentar mano a mano a jugadores de la talla de un Eduardo Pimentel, Juan Gilberto Funes y Ramoa, marcajes que eran disposiciones técnicas sin antes disfrutar de su profesión alentada por miles de hinchas, tanto en Bogotá como en Medellín.

Su posición, toda una pasión: “Disfruté haber jugado ante grandes jugadores de Millonarios, futbolistas que se destacaban en la mitad del campo. Más que marcar por mi posición, era disfrutar de la profesión y del entorno, cualidad adornada por las barras de Bogotá y Medellín que animaban constantemente. Solo pido que mantengan su apoyo a sus equipos, pero que le bajen al tema agresividad porque en el fútbol el contrario es un rival, pero no un enemigo”.

Santiago Escobar es, sin duda, un apasionado por el fútbol, y lo vive y lo recuerda como si aún estuviera vigente. Sucesos y fechas están guardados en el baúl de los recuerdos que permanece siempre abierto. Y fue así que se acordó de su llegada a Millonarios admitiendo que en su paso por Bogotá recibió la mejor de las atenciones como jugador, dejando en el olvido ese “regionalismo absurdo” que ha envuelto al fútbol.

Llegada a Millonarios: “Yo llego a Bogotá porque renuncio a Junior en el año 90 y, a principios del 91, Eduardo Retat me llama y me pregunta que si me gustaría venir a Millonarios, temporada en que hice buena campaña y no pude renovar porque el presidente Francisco Feoli me incumplió con algunos acuerdos verbales que habíamos hecho, y renuncio al equipo para jugar en Armenia al año siguiente.

Los bogotanos conmigo fueron muy respetuosos, nunca tuve un inconveniente cuando jugué con Millonarios, ellos me acogieron de la mejor manera, respeto que ha sido correspondido hasta ahora. Yo nunca fui un jugador polémico de irrespetar a las instituciones y a sus hinchadas por eso no tuve problemas”.

51 años de edad, y con más de tres décadas en el fútbol, hacen que el antioqueño se sonroje cuando se le cuestiona el significado de haber vestido dos de las camisetas más importantes del fútbol colombiano. La pregunta la enfrenta como en sus grandes días de volante mixto (8), respondiéndola en tres exactas palabras:

Sentimientos de vestir las dos camisetas: “Honor, orgullo y un placer inmenso por haber jugado en esas canchas históricas. Como profesional me gustó jugar ante la presión y las exigencias altas, adversidades que lo hacen a uno como jugador adquirir más carácter. Una enseñanza que se las recalco a mis hijos para que valoren el ejemplo que hizo su padre en su época de jugador vistiendo las camisetas de los dos equipos más prestigiosos de este país”.

Rápidamente, Santiago Escobar entró en onda de recordar esos grandes clásicos que enmarcaron el fútbol colombiano cuando era jugador y un tema que no podía pasar desapercibido fue el de evocar con cariño a su hermano Andrés. Un cuento que, entre risas, narra el ahora técnico de La Equidad es cuando los hermanos Escobar disputaron un clásico en el año 1986, partido que terminó a favor de Millonarios 2-1 en Medellín, día en que ‘Sachi’ marcó.

Dos hermanos por el honor profesional: “Cuando yo estaba en Millonarios, Andrés jugaba para Nacional. En la charla previa al partido, Retat me dice que debía marcar en los tiros de esquina a mi hermano hombre a hombre y que si me convertía gol me sacaba de la titular. En pleno partido me le acerque a Andrés y dije que tenía la misión de marcarlo y que no me podía hacer gol. Los dos íbamos con todo, registro que quedó grabado en la prensa. Mi hermano se lo tomó en serio, trató de hacerme el gol por cualquier lado, pero no lo logró. Ese partido fue de semifinales jugado en Medellín, día en que marqué y ganamos 2-1”.