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Millonarios

¿Qué Lunari veremos? Fuerte en casa o débil con los grandes

Millonarios busca la clasificación en las últimas tres fechas con un panorama que favorece y perjudica a su entrenador: invicto como local pero no le gana a los rivales históricos.

BogotáActualizado a
Lunari debe sumar como mínimo cinco puntos contra Nacional, Medellín y Santa Fe para clasificar.
David Felipe RincónAS Colombia

Quedan tres fechas para definir los ocho clasificados a los cuartos de final de la Liga Águila, y hoy todos desean el octavo puesto, el que ocupa Millonarios con 27 puntos.

El equipo depende de sí mismo para avanzar a la siguiente ronda. Suma los nueve puntos, llega a 36 unidades y se hace inalcanzable para sus perseguidores. Eso sí, tiene una ventaja y una desventaja.

La ventaja es que juega los últimos tres partidos en El Campín y la desventaja es que enfrenta un trío para nada envidiable: NacionalMedellín y Santa Fe. Ahí, justamente, se cruzan la virtud y el defecto de su entrenador.

Lunari tiene a favor la buena campaña en casa, en donde no ha perdido. Suma seis victorias y dos empates para 20 puntos de 24 posibles y un rendimiento del 83 por ciento. Es el segundo mejor local del torneo.

Su talón de Aquiles es que no le ha podido ganar a los grandes. Desde que asumió la dirección de Millonarios, en septiembre de 2014, ha dirigido siete partidos frente a los históricos del FPC con un balance de cinco derrotas y dos empates.

El semestre anterior perdió frente a Santa Fe (4-1), Medellín (1-4) y Cali (4-3) e igualó ante Junior (0-0). Este año cayó contra el Cali (5-1), empató ante Santa Fe (0-0) y perdió frente a Junior (2-0). Diecinueve goles en contra y seis a favor. Cuatro goleadas y cero triunfos.

La pregunta es: ¿cuál versión de Lunari veremos en la remate de la fase regular: el DT fuerte como local que hará respetar la casa contra Santa Fe, Medellín y Nacional o el entrenador débil con los grandes que solo le gana a los chicos?

Difícil pregunta. Lo único cierto para Millonarios es que de ese interrogante se desprende una anhelada clasificación o una dolorosa eliminación.