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BogotáActualizado a

No perdió Millonarios en Pereira y eso por estos preocupantes días en la tienda azul, es algo que encierra cierto valor.

No marcó gol, no ganó, se trajo un punto y le brindó poco de oxígeno al angustiado técnico Lunari. Sin embargo, la verdadera prueba de capacidad la tendrá en el juego frente a Santa Fe. Si gana, sobrevive e intentará montar un cuento futurista. Si pierde, nadie garantizará su permanencia, porque hoy los buenos resultados garantizan la estabilidad laboral.

Millos tuvo algunos experimentos en el campo pereirano. Inició jugando con un solo delantero, Uribe. Reyna quería ser delantero a ratos, aunque no es su puesto ideal. Dejó como constancia de su trabajo un remate que pegó en la base del palo izquierdo de Cabral. Insúa al igual que Reyna dejó el partido con una consignación en el horizontal del arco rival. Y como ya es costumbre o se ha hecho, no llega a jugar los 90 minutos. Es un cambio establecido. Uribe, en acción solitaria estuvo a punto de “colgar” al arquero en un remate a distancia...y nada más.

Este es el resumen, tres intentos para el gol, en la noche, por parte de los jugadores que quizás resulten diferentes en este plantel. Digo diferentes por su iniciativa.

Las Águilas que regresarán próximamente a su nido en Itagüí, avalados por medidas cautelares proferidas por la Fiscalía, tampoco tiene claridad. El peruano Fano sin aporte alguno y solo Alzate, Palomino en el final y el veterano Viáfara, le dieron control al juego en los últimos treinta minutos.

Millos no perdió y esa es la noticia. Continúa con un plan de juego endeble y con jugadores incapaces de superar la presión por ganar puntos y partidos. Claro que ganaron un punto.

Un clásico Santa Fe- Millonarios, siempre será interesante, porque y es cierto, poco interesa mirar la tabla de posiciones.

Espiritualmente los equipos se equiparan, empujados por el orgullo y los hinchas. Santa Fe está mucho mejor en todo comparándolo con el momento de Millonarios. Pero los partidos hay que jugarlos y allí se sabrá la verdad sobre el caso Lunari. Si los jugadores no se comprometen a ayudarlo, es fácil suponer el desenlace.