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Historia que tú hiciste, historia por hacer

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Ayer cumplió 115 años el gran amor (futbolístico) de mi vida. Ni llega con arrugas a esa edad ni nadie se atrevería a ponerle fecha de caducidad. El Madrid es una máquina inagotable de ilusiones que justifica con creces los desvelos y la entrega incondicional que su legión de aficionados hacen por seguirle. Esta noche es una buena oportunidad para que Cristiano, Modric, Ramos y compañía ofrezcan como regalo de cumpleaños un partidazo en San Paolo. Hace 30 años así fue. A pesar del 2-0 de la ida en el Bernabéu, a puerta cerrada, todo el mundo hablaba del infierno de Nápoles y de lo difícil que sería sobrevivir ante aquel equipo liderado por Maradona y Careca. De hecho, a los pocos minutos marcó Francini y todos nos pusimos a temblar, hasta que un desmarque celestial de Butragueño y un pase maravilloso de Hugo Sánchez silenciaron San Paolo para los restos. Que sirva de espejo y de ejemplo para que el Madrid de Zidane homenajee a aquel equipo sublime de la Quinta del Buitre y salga esta noche sin complejos y con autoridad.

Va a ser duro. Que nadie espere un partido sin alteraciones emocionales. Sufriremos. Pero en noches así el Madrid se pone la piel de la Champions y se convierte en un dragón de mil cabezas. No quiero ver un equipo que especule con el 3-1 de la ida. Deseamos un Madrid valiente, que vaya a por el partido y que asuste al Nápoles en su guarida como hizo el otro día el equipo en Ipurua. Al Madrid hay que hablarle de usted cuando estamos en Europa. Es el vigente campeón y es bueno que el Nápoles lo sepa desde el minuto uno. ¡Hala Madrid!