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NÁPOLES - REAL MADRID

Maradona JR: “Toqué por primera vez a mi padre con 17 años”

Diego Maradona JR, hijo del mítico '10' argentino, atendió a AS y repasó su relación con su padre: "Me pidió perdón y me prometió no abandonarme nunca más".

NápolesActualizado a
Entrevista a Diego Maradona Jr
Stefano Cardone

¿Cómo fue vivir un Real Madrid-Nápoles al lado de su padre en el Bernabéu?

Cuando salió el sorteo ya le dije a mi mujer que iba a estar en el Bernabéu, y aún no sabía si él tenía pensado ir. Fue un sueño.

¿Le gustaron los azzurri?

Sufrimos la fuerza física del Madrid. El Nápoles, sin embargo, demostró que le puede ganar. Tengo confianza para esta noche.

¿Su padre estaba enfadado como De Laurentiis?

Estábamos los dos decepcionados por la ocasión de Mertens, pero al belga tampoco se le puede decir nada.

¿Usted siempre vio a Maradona sólo como su padre, o lo amó también como ídolo de la afición?

Cuando estoy con él, es sólo mi padre. Durante los años viví su mito, así que mi amor era doble.

¿Sabía que, tarde o temprano, iba a poder vivir la relación con él?

Nunca perdí la esperanza. Él nunca se presentó a juicio en mi contra. Si te dicen ‘este es tu hijo’ y crees que no, te defiendes. Con sus gestos calló a todo el mundo.

Vuestro primer encuentro fue en Fiuggi.

Sí, toqué por primera vez a mi padre cuando tenía 17 años.

Diego Maradona Jr, durante la entrevista.
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Diego Maradona Jr, durante la entrevista.Stefano Cardone

Luego pasaron muchos años para el reencuentro. ¿Cómo fue aquel momento para usted?

El año pasado estaba participando a un programa en Argentina, me envió un mensaje su novia diciendo que papá me invitaba a cenar. Llevábamos años sin hablar, pero fue todo muy natural. Me prometió no abandonarme nunca más.

A pesar de la distancia entre ustedes, ¿siempre sintió amor?

Soy humano, a veces estuve enfadado, pero como puede enfadarse cualquier hijo. Trabajé conmigo mismo, sabía que algún día lo iba a tener a mi lado y tenía que eliminar cualquier tipo de rencor. Él me pidió perdón, pero me suena hasta mal decir que le perdoné. Yo siempre le quise.

¿Cuánto cambió su vida desde la reconciliación?

Un colaborador de papá me dijo ‘a partir de hoy, imagínate que eres alto, 1,90, rubio y con ojos azules’ (ríe). Yo no me siento distinto.

En los años sin él, ¿qué fue lo que más le hizo daño?

Las palabras en contra de mi madre, y el hecho de que la gente crea que todo se hace por dinero. Mi padre siempre me ayudó económicamente: fui yo, con más de 20 años, quien le pedí que dejara de hacerlo. Me interesaba tener su amor, no su dinero.

Usted fue futbolista, ¿cree que su apellido le perjudicó?

No sé, pero me hicieron de todo. Por ejemplo, jugaba en la selección italiana Sub-17 y un día me criticaron porque entrené con las medias bajadas. Decían que quería imitar a mi padre, yo ni sabía que las llevara así cuando él jugaba...

¿Tuvo otros ídolos en el fútbol?

Siempre me encantó Pablo Aimar, y adoraba a Del Piero. Es una persona maravillosa, le conocí. Su único problema es la camiseta bianconera... (ríe)

Y en la vida, ¿quién fue su referencia?

Mi mamá ha sido una madre y un padre para mí. Mucha gente no sabe que tuvo otro hijo en el 1990 y en el 1992 su marido murió. Con apenas 26 años era viuda y con dos niños. Ha sido enorme.

¿Cómo se tomó su reconciliación?

Se puso muy contenta, siempre trabajó para que pasara. Nunca habló mal de mi padre.

¿Qué proyectos tiene para su futuro?

Mi padre quiere que trabaje con él para la Maradona Soccer Academy, aunque mi sueño es ser entrenador. Ya tengo el título UEFA B. Sueño con el banquillo del Nápoles, Sarri es mi referencia.

¿Le invitó a Castel Volturno?

Sí, además de ser un entrenador increíble, tiene una cultura inmensa. Me impresionó su humildad, su disponibilidad, su paciencia.

¿Le gustaría que su padre se convirtiera en embajador del Nápoles?

Claro, y me gustaría que disfrutara más de la ciudad. Cuando vino en enero, quedó impresionado con las lágrimas de los niños que lo veían. Decía, ‘¿pero si nunca me vieron jugar?’. El amor de los napolitanos para él no entiende de tiempo y generaciones. Es eterno.

Sigue el partido de vuelta de octavos de final de Champions League entre Nápoles-Real Madrid.

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