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El Barça siempre fue un equipo que no le vino bien a Emery. La estadística era conocida: en 23 partidos frente a los blaugrana, el ex-entrenador del Sevilla solo había ganado uno. Bueno, esto era antes del encuentro de ayer donde ganó claramente su duelo a distancia contra Luis Enrique. Todas sus apuestas le salieron redondas, sobre todo la de alinear juntos a Di Maria y Draxler. Si la presencia del alemán era cantada por su gran estado de forma, la del argentino no parecía tan clara visto su papel en los últimos meses. Sin embargo, Emery no dudó y eligió al ex-del Madrid con una misión específica: no colgarse en su banda derecha sino actuar más como segundo delantero, detrás de Cavani. Y Di Maria cumplió, marcando dos golazos en el día de su 29 años.

Emery decidió también salir con un bloque alto y mucha presión para no dejar al Barça desarrollar su juego de pases habituales. Fanático de vídeos el vasco entendió que cada vez que su adversario lo iba a buscar arriba, el Barcelona tenía dificultad y en este papel tanto Matuidi,  Draxler o Verratti cumplieron con creces. El verano pasado, cuando los cataríes decidieron despedir a Blanc y ponerle en el banquillo, tenían en mente estos partidos de alta tensión donde todo se decide por detalles. Si el inicio de temporada no fue lo esperado con resultados decepcionantes tanto en Champions como en Ligue 1, Emery empieza poco a poco a armar el equipo que desea. Y si está claro que el Barcelona no tuvo su día, el planteamiento táctico del español no fue ajeno a eso.