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El Madrid gana sin recuperar sensaciones

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Partido ganado, campeón de invierno con una jornada aplazada (la visita al Valencia, el 22 de febrero) pero la gente no se fue de buen humor del Bernabéu. La tarde se presentaba propicia para enterrar el mal punto que han dejado las dos derrotas seguidas: el Málaga venía de cinco y le faltaban nueve jugadores. El aficionado fue con ánimo de disfrutar de una buena tarde de fútbol, con sol invernal y muchos goles, casi todos del Madrid. Pero se encontró con su equipo todavía alicaído, con la lesión de Marcelo y con un susto inesperado. La tarde se resolvió con dos goles de Sergio Ramos, el segundo de los cuales debió ser anulado.

Sergio Ramos es capítulo aparte, claro. Marcó el primer gol en uno de sus cabezazos cuando el estadio empezaba a desesperarse. El Málaga había mostrado muy mala defensa, ante la que Benzema perdonó más de un gol, y un buen ataque, que ya había producido un tiro al palo. Encima, la lesión de Marcelo. Encima, las muestras de inseguridad de Keylor Navas, que no es el mismo. Se estaba formando una nube negra en el humor de la afición cuando Sergio Ramos cazó el 1-0, otra vez un cabezazo de fe y de técnica. Pronto haría el 2-0, atropellando a pierna estirada un balón oblicuo a saque de falta. Estaba adelantado, pero el linier no lo vio.

Parecía todo resuelto, pero no. El segundo tiempo fue de vaivén y el Málaga se las apañó para marcar y casi empata acto seguido, al arrebatar al Madrid el balón casi en el saque de centro. Se veía un Madrid frío y cansado, podía pasar cualquier cosa. Cuando Zidane cambió a Benzema éste se llevó una pitada en la que se proyectaba el enfado general. Algunos reaccionaron con aplausos, quizá por no sentirle más culpable que otros. De ahí hasta el final, un forcejeo en el que el Madrid no fue mejor que el Málaga. El final fue un alivio. A falta de otra cosa, el líder salvó los tres puntos. Pero el optimismo no vuelve.