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BARCELONA

El Barcelona innova: del ‘falso nueve’ a dos delanteros

Luis Enrique, obsesionado con no ser previsible, prueba nuevos sistemas. Ya ha jugado con tres dibujos esta temporada: 4-3-3, 3-4-3 y el 4-3-1-2 de Alemania.

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El Barcelona innova: del ‘falso nueve’ a dos delanteros

Luis Enrique experimentó (sin éxito) durante 54 minutos en Moenchengladbach con un 4-3-1-2 que sorprendió a los puristas. Desde el cruyffismo, el Barça ha usado raras veces ese sistema y si lo hizo fue en medio de una crisis de identidad. En 2001, Rexach recurrió, en pleno descreimiento barcelonista, a un 4-4-2 en el que Saviola y Kluivert hacían de puntas. Un fracaso. En la última década (Rijkaard, Guardiola, Tito Vilanova, Martino y Luis Enrique como entrenadores), el Barça jamás había jugado con dos delanteros como hizo en el Borussia Park. Alcácer y Suárez de referentes, un rara avis en el universo azulgrana. Es más, desde el 2-6 del Bernabéu con Messi por el medio, el Barça promocionó la figura del falso nueve como uno de los avances de su modelo o un guiño a la filosofía de Cruyff que hasta Romario, en 1994, utilizó a Laudrup, un diez, como primer llegador al que no podían detectar los centrales rivales.

Obligado a renovarse, Luis Enrique ha huido del inmovilismo desde que es técnico del Barça. El primer año, y con la aprobación de los dos protagonistas, devolvió a Messi a la banda derecha y colocó a Suárez como referencia. Un regreso a los orígenes del argentino, que durante cinco cursos ocupó la posición de teórico delantero por más que tuviese libertad de actuación. La entrada en el once de Rakitic por Xavi en la 2014-15 también permitió alternativas al asturiano aprovechando la versatilidad del croata. La temporada pasada, el Barça se atascó. La acumulación de partidos castigó el físico de los jugadores y las novedades tácticas se esfumaron. A Luis Enrique le obsesionó no ser previsible. Por eso, y aprovechando los refuerzos, ya ha probado tres sistemas esta temporada: el tradicional 4-3-3, un 3-4-3 que aprovecha a Umtiti, y el revolucionario 4-3-1-2 y Neymar liberado. El experimento no funcionó y el día no era el adecuado. Pero en fútbol, nada como tener soluciones.