El castigo al delantero del Cali por no renovar su contrato

A falta de Santos Borré, Víctor Arboleda se empina, pero nadie lo observa, está sentenciado a entrenar sin poder aspirar a estar en competencia, relegado. No está lesionado ni sancionado. ¿Su pecado? Se negó a renovar el contrato que mantiene con el Deportivo Cali hasta junio de 2016.

Nunca hubo discusión sobre su energía y calidad técnica. El pasado 7 de abril –fecha 14 de la Liga- fue Víctor Arboleda quien levantó a un opaco equipo verdiblanco. El atacante nacido en El Cerrito (Valle) logró el empate para los ‘azucareros’ (1-1) en Palmaseca contra Cortuluá, a falta de dos minutos para el final del juego. Apenas un mes antes, se había tenido noticias de Arboleda; alegre, picante, adelantó al Cali en el marcador en el clásico frente al América, por la segunda fecha de la Copa Águila.

Arboleda (1 de enero del 97), sostiene que era “el niño consentido de la Escuela Sarmiento Lora”. Hace cerca de tres años llegó al equipo verdiblanco. Antes, había tenido que decidir entre hacer parte de la selección Colombia de atletismo o jugar al fútbol. Era uno de los más veloces en espacio largo en el primer equipo de los azucareros, hasta que fue relegado a entrenar con la categoría Sub 20.

“Con todos los jugadores provenientes de la cantera, decidimos que tienen que tener un contrato mínimo a 18 meses, y teníamos la intención de ampliar el contrato con Arboleda por un año y medio más”, indicó el presidente del Deportivo Cali, Álvaro Martínez.

A su turno, Juan José Bellini, representante del jugador, manifestó sobre el desacuerdo que está afectando el crecimiento profesional del delantero: “Nos negamos a firmar, debido al trato que le dieron al negocio, por la presión que se le hizo al jugador. Es falso que el jugador pidió un aumento salarial. Al jugador se le presionó para que ampliara el contrato, pero nunca pidió un salario similar al de Santos Borré o al de Harold Preciado. Habían dicho que había pedido 14 millones de salario, después que 10, 8, pero nada de eso es cierto”.

Mientras tanto, el veloz jugador que alcanzó a deslumbrar a los simpatizantes de los ‘azucareros’, gracias a su aceleración y capacidad para finalizar las jugadas, está triste, frustrado, pero decidido. “Todo el mundo quiere jugar, pero yo tomé la decisión de no renovar y ellos definieron que si no renovaba no jugaba. Es duro entrenar sin jugar”, comentó el delantero de 18 años, a quien sus compañeros en el equipo profesional apodan ‘Chancuco’, “porque tengo barba desde los 16 años”, aclara.

El técnico Fernando Castro necesita alternativas tras la partida de Rafael Santos Borré a la selección Colombia Sub 20, y allí está Arboleda, pero ‘el Pecoso’ sostiene que debe de acatar las órdenes de los dirigentes.